sábado, 25 de diciembre de 2010

La voz del mar me llama...




Y aquí estoy aún... atrapado en el mar de los sargazos...

viernes, 24 de diciembre de 2010

La lectura que llega hasta el mar


Escribiré desde el dolor de la memoria.
Escribiré desde los años de penuria y el abandono en las aulas y la canción de la tabla de multiplicar.
Escribiré desde los tebeos, que son lo más remoto que uno recuerda que leyó.
Escribiré desde la única opción que nos deja la brutal constatación de que no podremos leer en el curso de una sóla vida, todos los libros que quisiéramos -que son casi todos.
Escribiré desde el tiempo recobrado, desde las infinitas cosas que no comprendimos.
Escribiré desde la promesa de volver, de añorar aquellas huellas en la arena, las piedras arrojadas, las bicis oxidadas, las casas abandonadas, los fortines pintarrajeados, las lagartijas aterrorizadas, los domingos olvidados, las bofetadas pedagógicas y las novelas marvel alquiladas a cinco pesetas para sustituir el mundo que no queremos, que seguimos sin querer.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Decepcionante Auster


Auster sigue escribiendo: me parece estupendo.
Auster sigue vendiendo libros a mansalva: me parece magnífico.
A mí concretamente me ha vendido unos cuantos y no me arrepiento.
Auster sigue siendo reverenciado por la crítica: ¿por qué será?
Mi primer libro de Auster fue El libro de las ilusiones: no creo que haya vuelto a escribir nada igual. Lo siento. No por Auster -que sigue escribiendo y vendiendo y reverenciado- sino por mí, que desde entonces he ido recolectando una decepción tras otra.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Leer a cámara hiperlenta


DeLillo ha sido una de mis últimas experiencias extremas de lectura.
Su último texto me ha durado tres cafés en tiempo real.
Pero el tiempo de la noche es otra cosa: el tiempo interno de la narración, el tiempo empleado en vagar entre líneas, el tiempo que transcurre dentro del otro tiempo, el del relato y sus múltiples derivaciones.
DeLillo parte de una experiencia inquietante: la de contemplar Psicosis ralentizada de modo que su proyección dure 24 horas.
Y consigue comunicarnos esa experiencia, no por el método obvio de describirla; su hazaña es recrear en poco más de cien páginas la muerte del tiempo.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Lectura entre líneas


¿Qué debe hacerse?

Las instrucciones son precisas. Escuetas, se diría. Casi no merece la pena volver la vista atrás. Cualquier fragmento de recuerdo, cualquier trozo de existencia recordada, buscada, inventada... es superflua. Ya no volveremos.

Cierra los ojos.


miércoles, 1 de diciembre de 2010

No soy yo, es la lluvia.

















Las fronteras siempre son traumáticas.

Hay que retomar emociones casi enterradas bajo toneladas de cascotes de realidad inefable.

Pero al fin, el aliento casi sofocado, se abre paso a través de muros invisibles.

No se puede negar esa segunda existencia condenada a la noche.