Michon tiene el olor inconfundible de la escritura como lucha por la vida.
Las dos obras incluidas en este libro comparten esa brevedad a la que se ven obligados los escritores que te proponen una selva compacta que debes atravesar a golpe de machete.
Leerlo es ser consciente de estar compartiendo la misma azarosa búsqueda que quien lo escribió.
Las Mitologías son fogonazos de sombras, punzadas sangrantes que te hacen retorcer y contener el aliento.
El Emperador es un texto casi preciosista que sin embargo no elude la brutalidad, el horror de una época siniestra. Prodigioso juego de perspectivas y miradas para un texto tan breve: se acaba con la sensación de haber leído una larga novela llena de avatares.
Minimalismo expresionista.