miércoles, 29 de junio de 2022

Lecturas de El Segundo Río (1)

La primera entrega de El Segundo Río, El Manuscrito de Apolonio, tiene un largo recorrido desde que escribí los primeros textos en 1980. Y desde entonces ha ido reuniendo un puñado de lectores, personas cercanas que han tenido la paciencia y casi diría el arrojo de dedicar su tiempo a leer esas páginas paridas con placer y dolor que me han acompañado casi toda mi vida.

En algunos casos, esas personas me han hecho llegar sus comentarios sobre la experiencia de su lectura, palabras de apoyo o simplemente impresiones de un viaje que cada cual ha vivido a su manera.

Voy a compartir fragmentos de esos mensajes que quizá animen a otros lectores a emprender ese viaje ahora que tras un duro y minucioso trabajo de corrección la novela está disponible públicamente.



Dado que todos los días tengo que viajar dos horas ida y dos horas vuelta para ir y venir del trabajo, he vuelto a coger tu novela para hacer una segunda lectura [...]. Estoy disfrutando como una bellaca en esta nueva lectura [...] Hasta me he apuntado algunas de las recetas que salen porque me apetece comerlas.

Algunas ideas, comentarios, palabras... sin orden. Me parece fantástica la forma en que has construido la novela. [...] Cada vez que descubro cómo un trozo encaja con otro anterior, me produce como un "regusto" porque me encanta esa forma de contar una historia, esa forma de ir dejando abiertas ciertas partes para luego retomarlas. Tú mismo lo defines en este trozo: "sin tiempo, con una especie de simultaneidad infinitamente diversificada, multiplicada o soñada, como si los acontecimientos de toda mi vida, pero especialmente estos que aún me atormentan, fueran unos hijos de otros, unos creados por otros, pero no en el sentido de causa o consecuencia, sino como si estuviesen unos dentro de los otros, existiendo a la vez pero en diferentes planos, unos por otros, unos concebidos en otros y a la vez sostenidos por ellos, como si la memoria no fuese dar marcha atrás, sino simplemente mirar, sin orden, en todas direcciones".

Creo que le he cogido un tremendo cariño a Démades y disfruto con cada palabra suya cuando va relatando su historia con Dinarco. Es para mí una persona muy especial, imponente diría yo.

Con la parte de Alejandría empecé a sospechar (y no me he equivocado) que la novela iba a suponer para mí una de las lecturas más intensas que he hecho, y que el grado de disfrute iba a ser muy superior a cualquier cosa que haya leído (como así está siendo).

Al entrar de lleno en Qa'art Hadast, me acordé que tengo el CD de la banda sonora de Alejandro, de Vangelis. Así que decidí leer algunos trozos en casa oyendo esa música [...] y la verdad es una experiencia preciosa. Casi me parecía estar con ellos en esos locales bebiendo kefet (lo sustituí por unos chupitos de pacharán). A veces levantaba la vista de los folios y me parecía que iba a ver a Eudoxo con su caja musical, o a Démades arremolinado en el sofá con su jarra de vino y esa mirada tan intensa que a veces tiene (o siempre).

En toda esta parte (y quizá en toda la novela) veo esa idea de que no somos libres, de que creemos ser libres sin serlo. Esa vigilancia que siempre ha existido, poderes de ahora y de siempre, poderes sin caras pero que muchos sabemos que están ahí acechando [...].

Para mí, Apolonio sencillamente eres tú; así de claro lo tengo. No consigo ponerle otra cara, incluyendo tu forma de vestir actual, no consigo verlo vestido con ropa de la época, y al ser él tú y tú él, es el personaje que más conozco, es entrañable y me adelanto a veces a su forma de actuar, o cuando leo algunas de sus determinaciones entiendo que no podría ser de otra forma porque sé cómo es y qué haría [...]. Te veo en sus palabras, te reconozco perfectamente.

Me atrevería a decir que hay trozo en los que me veo a mí misma, hay cosas que leo con las que me identifico totalmente y con ello, me voy conociendo mejor. Como si hubiera partes de jí que aún no he definido y al leer tus palabras entiendo que yo soy así o he sido así. Como cuando sospecho cosas de mí y no se nombrarlas porque me faltan las palabras y aquí las encuentro.

Bueno, esto es un ejemplo: "Decía que nunca estábamos satisfechos con nuestras decepciones, que siempre continuamos escarbando en aquello que nos parece aún sólido y estable, siempre buscando una fisura, algo que nos lance de nuevo a ese océano de la inseguridad, que nos devuelva la duda, la necesidad de continuar interrogando a nuestro entorno, que nos reporte nuevamente excusas para la autocompasión, para la insatisfacción, para la búsqueda permanente ... que todos dejamos de ser cada uno para perdernos en aquellos que amamos".

Sigo con mi viaje.

Charo, 2010.



viernes, 24 de junio de 2022

111 años... última sincro-lectura: Sabato

Imposible no acudir a mi cita de cada año con Sabato y la noche de brujas.

Sabato hubiera cumplido hoy (o ayer) 111 años, un número irresistiblemente rocambolesco.

Y este año es especial porque Antonio Ñeco -autor de El Maestro de Casas Viejas- y yo hemos decidido abordar nuestra última Sincro-Lectura, que será, por supuesto Sobre Héroes y Tumbas.

Volvemos a caminar con Martin por Buenos Aires. Volvemos al Parque Lezama donde intuimos la presencia vaga de Alejandra. Volvemos a cabalgar con el general Lavalle. Volvemos a descender al mundo ominoso de los ciegos. Volvemos a hacernos las preguntas esenciales y a constatar que no tenemos respuestas...

Y eso es precisamente lo que nos mantiene escribiendo o pensando en escribir o decidiendo que vamos a escribir o aguantando el tirón de los acontecimientos cotidianos hasta volver a escribir...





miércoles, 22 de junio de 2022

El Segundo Río edición tapa dura ya a la venta


El Segundo Río
El Manuscrito de Apolonio
(Tomos I y II)






Un grupo de soldados llega a una playa desierta en el norte de Rodas. Son parte de las operaciones preliminares de uno de los más sangrientos asedios de la antigüedad dirigido por Demetrio, el hijo de uno de los generales de Alejandro. En las murallas, un joven aterrorizado contempla el comienzo de la invasión y decide huir en la noche bajo la lluvia.

Muchos años después, ese joven desertor, Apolonio de Rodas, será director de la Biblioteca de Alejandría y comenzará a escribir el largo poema que narra las aventuras de los argonautas mientras trabaja a petición del rey Tolomeo para descifrar una antiguo manuscrito. Durante su investigación descubre peligrosos secretos que lo obligan a huir de nuevo.

Regresa entonces a Rodas donde se encuentra con Démades, uno de los soldados que desembarcaron para preparar el asedio de Demetrio. Perseguidos por un enemigo inefable navegarán juntos hacia el este, hasta Cartago, donde sus destinos se cruzarán con el del estratega Amilcar Barca y su interminable lucha contra la república romana.

Démades y Apolonio emprenden entonces caminos separados: el primero hacia Roma, el segundo hacia Gadir, donde logrará terminar las Argonáuticas y encontrará las últimas respuestas a los interrogantes que lo han perseguido durante toda su vida.

El Manuscrito de Apolonio, escrito y re escrito durante cuatro décadas, es un viaje a la antigüedad en el que la historia se funde constantemente con la ficción y las obsesiones de su autor: la geografía mítica de Homero, rituales secretos, batallas sangrientas, manuscritos cifrados, bibliotecas perdidas, un mundo subterráneo que conecta tierras, ciudades, edificaciones ciclópeas como el Faro en la bahía de Alejandría o el Coloso en la de Rodas… una búsqueda sin fin hasta el final del mundo más allá de las Puertas de Briareo.




DESCRIPCIÓN

Edición tapa dura, Junio 2022
Dimensiones: 15,6 x 23,4
DOS TOMOS 424 + 339 = 763 pag.
Precio: 19 + 18 = 35 €
Envío gratis a España y Portugal
(Consultar en Amazon ofertas y envíos a otros países)

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jueves, 9 de junio de 2022

El Manuscrito de Apolonio (edición en pasta dura)

Días intensos trabajando en la próxima edición en pasta dura de El Manuscrito de Apolonio, primera entrega de El Segundo Río, que estará disponible en pocos días.

Una cuidada revisión del texto que aparecerá en dos tomos con portada y cubierta fotografiadas, diseñadas y meticulosamente elaboradas por Lebasi, autora de casi todas mis portadas.

El Manuscrito de Apolonio es la autobiografía de Apolonio de Rodas, autor de las Argonáuticas y durante un tiempo director de la gran biblioteca de Alejandría fundada por Tolomeo.

Comencé a trabajar en este complejo proyecto en 1980. Desde entonces, el mundo de El Segundo Río es mi mundo interior, que camina conmigo a donde quiera que voy gracias al inagotable aliento de mi compañera, que ha soportado -y seguirá soportando- mis terrible momentos de dudas, de inseguridad, de terrores implacables, de debilidad del cuerpo y del alma mientras busco lo inefable.




El Segundo Río es un viaje iniciático que se alimenta de mi pasión por el mar y la navegación, de mi obsesión por los rollos y las escrituras desconocidas, de ls profundas inquietudes artísticas, filosóficas y espirituales del mundo antiguo, no del mundo histórico, sino del que ha creado mi imaginación y mi necesidad irrevocable de contar historias, grandes y pequeñas historias que se entrecruzan como los hilos de las alfombras tejidas por los amazigh.

Hace cuarenta y dos años que recorro islas desaparecidas, ritos primigenios, ciudades luminosas, bibliotecas fabulosas... la geografía mítica de Homero y los túneles secretos en los que sopla el aliento del mal.

El Manuscrito de Apolonio es el primer estrato desenterrado en esa búsqueda que continúa a pesar de todo, excavando en las profundidades de lo oculto hasta completar mi propia reflexión sobre la escritura y la existencia, sobre el pasado y la memoria, sobre el poder la dignidad y la resistencia.


Más sobre El Segundo Rió y el resto de mis proyectos literarios