Lo dicho: mi intuición suele llevarme al lugar adecuado. En este caso, ha conseguido resarcirme completamente. Hace dos años que decidí leer La lechuza ciega. Y hace unos días encontré el momento perfecto.
Quien quiera explorar los vericuetos del alma humana sometida a tormento, quien quiera acercarse a la percepción de los seres excepcionales capaces de ver a través de la piel, quien quiera acompañar en su viaje interior a uno de esos pocos escritores que se alimentan de la oscuridad y la trascienden, que se arrojen a las páginas de Sadeq Hedayat.