lunes, 3 de junio de 2024

3 de junio 2024: Cien años K

 

Kafka lleva años sufriendo, buscando entre los fantasmas de la escritura, lleva meses vomitando sangre, imposibilitado para comer, para hablar... las palabras se le atragantan pero continúan saliendo, lacerando su alma.

A las cuatro de la madrugada del 3 de junio de 1924 comienza la agonía final. Apenas pueda respirar. Su amigo que lo asiste en el Sanatorio de Kierling, Robert Klopstock acude con el médico de guardia. Le administran una inyección de alcanfor para reactivar la respiración y le colocan una bolsa de hielo en la garganta. No sirve de nada. Durante horas, Franz sufre dolores y está sin aliento.

Hasta anoche mismo ha estado corrigiendo las pruebas para el libro Un artista del hambre. Apenas susurra sus últimas palabras, casi inconsciente, a su compañera de estos últimos años, Dora Diamant. Klopstock le ha inyectado Pantopon, pero la más detallada biografía de Kafka, escrita por Reiner Stach añade: "... no sabemos cuánto".

¿Murió debido a una parada cardíaca como dice el certificado de defunción manipulando una obviedad? ¿Murió a causa de la tuberculosis y la inanición como aseguran otros? ¿O murió porque había decidido morir?



Encerrado en la Colonia Penitenciaria, transformado en insecto, en artista del hambre, detenido sin motivo, sometido a un proceso de sombras y silencio, aterido de frío en la casa de los Alquimistas, penetrando más y más en las profundidades de la madriguera, insomne, receptor de una condena que reconoce y acepta, esperando con resignación que las agujas graben en su cuerpo el veredicto de la escritura sin fin...