Día de San Juan. Noche de San Juan. Noche de brujas. Cumpleaños de Sabato. Hoy hubieran sido 114 años si no hicieran 14 de su marcha.
Recordar a Sabato es recordar la Escritura K, y eso supone pensar en la tarea que me había propuesto: Fados de la Ciudad Blanca... una última revisión para ofrecer mi novela más querida.
Por enésima vez recuerdo a Sabato un 23 de junio, y me recuerdo a mí mismo con 19 años leyendo por primera vez Sobre Héroes y Tumbas después de que Miguel Teruel, nuestro profesor de literatura al que debemos tanto, nos descubriera a los novelistas del Boom y llenara nuestras vidas.
La tarde que abrí las páginas del libro en su edición de Seix Barral con la estatua de piedra semienterrada y me encontré con Alejandra, aquel ser sufriente bajo el que respiraba Sabato, escribiendo sobre el dolor y la oscuridad, sobre la complejidad del mundo y la esperanza de una vida en la que por un instante se pudiera conocer el amor...
Aquella tarde me vi atrapado en Martin para siempre y caminé las calles de Buenos Aires buscando mi propia sombra y sin saber cómo ni por qué acabé igualmente encerrado en el oscuro laberinto subterráneo de los ciegos, un laberinto que —lo supe más tarde— estaba poblado de libros que a su vez estaban poblados de seres bondadosos y malditos.
Mi viuda fue la noche, y en la noche descubrí la Escritura K, la escritura que te exige hasta la extenuación, la escritura que no te concede un solo instante de reposo, la escritura que te estruja y te hace vomitar hasta que todas las historias que te torturan acaban dejando un vacío que luchas por llenar.
1 comentario:
Como cada noche de brujas desde hace años, recordamos a Sabato, que es recordar como tú dices, la escritura K, que es como recordar a Rilke aconsejando en su carta a un joven poeta que sólo debe continuar con la escritura si no puede imaginar su vida sin ella, que es como recordar porqué tú y yo seguimos escribiendo después de tantos años.
Salud.
A
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