Prodigioso ejercicio de minimalismo abrasivo.
Bodor posee una escritura tan rotunda y lacerante como la misma sonoridad de su apellido.
Acantilado ha traducido tres breves obras maestras de la concisión hiriente, especialmente La sección, una ráfaga brutal que te derriba despiezado apenas has comenzado a poner los ojos sobre las páginas.
Bodor ha creado un mundo propio, desolado aunque paradójicamente lleno de un frágil aliento poético.
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