Y después de explorar un rato, llamé inmediatamente a mi librería habitual para encargar un ejemplar de Sukkwan Island, encontrándome con la sorpresa de que disponía de una docena de ejemplares.
Esta claro que David Vann ha conseguido dar la vuelta a un destino brutal. Y lo ha hecho sobre el papel, arrancándose a sí mismo esta estupenda narración, pero también en su propia vida, que según cuenta en la red parecía haber llegado a un pozo sin fondo.
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